viernes, 23 de mayo de 2014

A 288 kms y una semana de mi felicidad.

Últimamente sólo deseo que alguien me despierte zarandeándome mientras me grita: "¡Despierta, que todo ha sido un sueño!". 
Cada página que leo sólo me vale para evadirme y trasladarme al mundo de mis anhelos y deseos.
Cada día que pasa intento no mirar el calendario, pues parece que esa es la única manera de que parezca que los días avanzan más rápido.
Afuera no hay nada más que gente feliz, y yo... Yo ahora mismo me hallo a 288 kilómetros de mi felicidad.
Cada uno sabe dónde se encuentra su destino, y el mío desde luego que no es aquí... Envidio a toda esa gente que puede disfrutar de todo en un mismo lugar. Yo siempre he tenido que separar cosas, y a hacer rutina el hecho de echar de menos lugares, personas, momentos y sentimientos.

Creo que soy diferente de los demás en muchos sentidos, sobre todo porque a mí nunca se me suele olvidar nada cuando cierro la maleta, pero el corazón... Nunca soy capaz de cerrarlo. 

Si ahora me volvieras a preguntar "¿cuándo nos volvemos a ver?" como solías hacer cada vez que nos despedíamos, ahora te diría que tal vez nunca más, y mucho menos de la misma manera que antes.



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