jueves, 28 de noviembre de 2013

Golpes que sacan lo mejor de cada uno.

He encontrado mi perfecta comparación: soy similar a un clavo. Y no lo digo por el dicho, porque pocos clavos son los que me han "sacado".

Lo digo porque el clavo, después de recibir varios martillazos, se queda sujeto a la madera. Y eso es lo que me ocurre a mí: los golpes que recibo me van hundiendo cada vez más, pero cuando me clavan, me hacen ver que eso era lo que realmente quería conseguir, llegar a mi meta, a esa resistencia.

Así pues, al igual que te di las gracias a ti, también se las doy a los golpes. Pues, gracias a ellos, estoy donde estoy, y como estoy.

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