martes, 22 de octubre de 2013

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Posiblemente era esto lo que necesitaba: unos días de tranquilidad, noches en las que poder tirarme en el patio a leer un libro bajo la luna (mientras esta me contempla como diciendo "¿necesitas algo?", pues se ha tragado más deseos que mi propio corazón), abrazos de papá y de mamá, risas en el coche mientras dejamos como locos a los que pasean por alrededor debido al volumen, contar recuerdos graciosos y no dejar de llorar de la risa, un rato de playa para no pensar en nada...

En fin, algo diferente a la pequeña y adorable rutina.

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