Viviendo en un carnaval interminable, donde mi sonrisa como disfraz es el mejor de todos. Mas la realidad, es muy distinta. Me encuentro ahogada en un vaso vacío. Todo mi alrededor me parece una exageración. Pequeños personajes que se quedan observándome, mientras prometen ayudarme. Miro hacia arriba, y es ahora cuando de verdad pienso que el cielo me queda muy lejos. Respiro sin respirar. Porque aunque me den infinitas botellas de oxígeno, me siguen faltando muchísimas personas. Lamentablemente, cada vez más. Aprecio todo lo que actualmente tengo, doy las gracias. Sin embargo, necesito más. Necesito recuperar todo lo que perdí. Al fin y al cabo, quien pierde soy yo. Cometo muchísimos errores, soy imperfecta, tengo mucho orgullo y fallo a muchísimas personas. Fallo a la mayoría de personas que son esenciales en mi vida. Pero supongo que de todo lo malo, siempre hay algo positivo. Y viceversa. Y sé que el único beneficio que recibo de ser así, es que voy aprendiendo…
Una pulsera de hilo siempre se acaba rompiendo, o desgastando. Supongo que es la mejor comparación que podría hacer con mi vida.
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