Siempre aposté por ti.
Durante dos años no he visto nada más que una pequeña luz en mitad de un túnel, la cual brillaba a veces como dándome esperanzas de iluminar algo que ha permanecido toda la vida apagado.
Pero después de todo, de tantos brillos y apagones, de tanto creer que había encontrado algo que jamás he tenido, he decidido apagar yo misma esa luz.
A veces -y no me preguntes 'cómo' ni 'por qué', porque ni yo misma lo sé- observo miradas que me intentan decir algo que nunca me han dicho. Y no sé si esas miradas son de pura coincidencia y yo quedo como una estúpida enviando miradas que suplican un auxilio, el caso es que chocan. Y dos personas que se cruzan la mirada no se sienten incómodas si siguen haciéndolo...
Llámenme ilusa, pero entre ilusionarme por algo que he creído tener y espero recuperar, e ilusionarme por algo que nunca he tenido y me gustaría conocer... prefiero lo segundo, pues hablo desde la experiencia.
¿Quién me dice que esto no va a ser más que una recopilación de puras casualidades y que muy pronto descubra que nada es así? Pero, ¿y lo bien que sienta desear conocer a una persona, visualizarte con ella, que le den significado a tu vida...?
Que vivan las atracciones mentales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario