miércoles, 12 de febrero de 2014

"Que no hay quien pueda dormir escuchando mi latir, que parece que está masticando cristales".

Como si de un castigo se tratase, últimamente lo único que me rodea son recuerdos de vivencias muertas que yacen en un corazón apagado. Mensajes anónimos de alguien para alguien, donde el contenido refleja lo que alguien me escribía hace tiempo. Observo miradas ajenas que atraviesan interiores de personas que hoy se dicen "te quiero". Contemplo gestos, acciones, muestras muy familiares pero que no logro a descifrar del todo.

Y no sé si es la aproximación a las dos décadas de mi existencia, la falta de cariño directo con mis queridos, las ganas de que pasen lo más rápido posible estos cuatro meses y volver a la mejor estación del año con los dos principales pilares de mi vida: familia y amigos...

O... No sé, tal vez puede que sean estas pesadillas. Y permíteme llamar pesadilla a soñar contigo. Insomnio o pesadillas, el caso es pasar las noches acompañadas. Pero joder, no era este tipo de compañía nocturna al que me refería en mis anhelos...

Necesito algo o alguien que me salve. Nadie puede ahogarse a sí mismo y después socorrerse. Yo sólo quiero salvarme. Últimamente no pienso en volver a caer, no pienso en ilusiones o en deseos. Quiero alejarme de todas las posibles caídas en las que pueda encontrarme, y cuando digo caída, digo veranos entregados a personas que -meses más tarde- te dejan sin nada.

Quiero un hueco para mí.

2 comentarios:

  1. Llevaba unos días pensando en comentarte, incluso buscando las palabras para hacerlo correctamente. Quizás hace un tiempo habría pensado "¿para qué?" y habría desistido, pero ahora trato de dejarlo todo dicho, y dicen que las palabras de aliento nunca sobran.
    Vales más de lo que te imaginas, eso te lo aseguro, y quienes estamos a tu alrededor lo sabemos bien. No necesitas a nadie que te salve, solo dependes de tu valor y de tu fuerza de voluntad para seguir luchando, créeme. Las cosas son más fáciles de lo que pueda parecer en tus horas bajas. Y si un día te hundes ¿cuál es el problema? Al día siguiente te levantas y sigues con la misma determinación, porque puedes y lo sabes. Y si no tienes fuerzas recuerda que hay personas a tu alrededor dispuestas a ayudarte en todo momento.

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    1. Menos mal que formas parte de uno de los pilares fundamentales de mi mantenimiento.
      A veces me impresiono incluso yo misma de cómo puedo caer tan en pícado. Tanto que he llegado a dudar si realmente vivo o intento fingirlo.
      Tampoco entiendo que algo muerto me afecte tanto. Y mucho menos aún que el "efecto" recaiga en mí tiempo más tarde.
      Pero, en fin... Supongo que será cuestión de tiempo y de escritura.

      Una vez más, miles de gracias. No puedo estar más orgullosa de tenerte como amiga. Eres de lo mejor♡.

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