Recuerdo cuando hace tan solo un año, siendo totalmente inocente, me daba mucha pena no poder cenar en esa fecha "tan importante" con todos. Por motivos laborales o personales no podían asistir, y vi (muy rápidamente, la verdad) como de cuarenta y tantas personas reunidas, llenando ese espacio con bullicios, alegría e ilusión, ahora solo quedaban cuatro... Sinceramente, me da pena que en su momento me diese tristeza, me quejara y deseara que fuese como hace dos años, como cuando todo era casi igual. Pero, es lo que tiene la inocencia y el transcurso de los años, que a la larga te vas dando cuenta de las cosas.
¿A día de hoy? Regalaría a todos ellos y solo me quedaría con esos dos ancianos que con solo mirarme y sonreírme ya era feliz. Y me quedaría también, por supuesto, con mis padres y mi hermano. Y sin olvidar a la familia por parte de ella, obvio.
No entiendo cómo la gente puede cambiar tanto y en tan poco tiempo. Gente con la que te has criado toda tu vida, con la que has compartido grandes e importantes momentos de tu vida, gente que ha estado en las buenas y en las malas contigo. Gente que siempre te ha mostrado una cara, pero que te das la vuelta y te muestra otra, la que realmente siempre han tenido pero han ocultado con esa máscara. Y no hablo de cualquier tipo de "gente", ojo... Hablo de tu propia familia. A los que siempre les has dado todo, por los que siempre has luchado, para que te lo paguen así.
Siempre he dicho la típica frase de: "no debes fiarte ni de tu propia sombra", y aunque algunos crean que exagero con esta expresión, para nada... Nadie sabe el dolor, rabia, asco y coraje que siento. Porque con las palabras no lo puedo expresar y con los hechos puedo acabar muy mal, así que prefiero lo primero, aunque solo me entienda yo.
Lo mejor de todo es que el tiempo pone a cada uno en su lugar y que, aunque a día de hoy siga llorando, algún día me reiré de ellos en sus propias caras. Poco a poco vas descubriendo quién es tu única y verdadera familia y poco a poco, se darán cuenta de que los que han perdido han sido ellos.
Yo he ganado. He ganado la realidad, la verdad, el amor. Y como ellos, nadie. Ni cuarenta y tantas personas ni nadie. Solo ellos.
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