viernes, 30 de noviembre de 2012

Siempre he preferido el vodka antes que eso que llaman... "amor".

A pesar de haberme quejado millones de veces de la decisión que tomé en esa angustiosa tarde de mayo, ahora no me arrepiento para nada. Tal vez me arrepentía por el simple hecho de que te echaba de menos, de que te necesitaba. En otras palabras, porque quería que todos los días del año fuesen como el 10 de marzo. Yo estaba bloqueada mental y sentimentalmente, y como de costumbre, cuando me bloqueo no retrocedo para mejorar, sino todo lo contrario... Me estanco, exploto, muero y resucito. (Y mira que me bloqueo con frecuencia...). Supongo que esa es la única explicación que puedo darte a mi arrepentimiento, pues no hallo ninguna otra.

Es ahora cuando le encuentro verdaderamente sentido a la frase "valora lo que tienes".
¿Cómo pude llegar a pensar después de ese estancamiento que ya no me quedaba nada? ¿Cómo pude dejar de apreciar a lo que me queda en mi vida, a lo más valioso?

Nos centramos tanto en cierta persona, que cuando nos falla, nos olvidamos de los demás, de los más importantes: nuestra familia y nuestros amigos. Ellos, aunque no lo creas, son verdaderamente el único motivo por el que has seguido adelante. No podemos dar el 90% a una persona y el 10% restante a lo fundamental de nuestra vida. Te llevarás palos en la vida, eso está claro, pero por parte de ellos, muy pocos... (También es cierto que en la familia y en la amistad muchas veces hay que saber separar, pues descubrirás que no toda tu familia es tu familia, y que no todos tus amigos, lo son).

Pero no quiero desviarme del tema principal.
Ahora es cuando valoro lo que tengo y realmente solo me arrepiento de haberme arrepentido.
Algún día tenía que explotar, y hoy ha sido ese día.
Hipócrita y falso, esas dos palabras son las que te describen perfectamente. Sin olvidarme la principal, obviamente: "niñato". Al final fue cierto eso que me decían algunos, pero que yo nunca quise escuchar.
¿Por qué me decías palabras tan grandes, con grandes significados si después, en el fondo no lo sentías? ¿Por qué no luchaste por lo nuestro, si al parecer era lo que más querías? ¿Por qué dejaste que todo acabase así, y no insististe en mejorarlo? ¿Por qué tuve que ser yo la idiota que se preocupaba por ti, en saber cómo te iba todo? ¿Por qué no pusiste ni siquiera un poco de interés en que todo esto no acabara como acabó? Y sobre todo, ¿por qué, desde que todo acabó, haces como que te da igual todo y te dedicas a hacerte el fuerte con tus frases?

Como siempre, tengo muchas preguntas pero muy pocas respuestas. En este caso me da igual, ni siquiera me entretengo en buscar una respuesta a todas estas preguntas (sobre todo porque no encontraría). Lo importante es que "he abierto los ojos" (como me habían dicho) y que por supuesto me quedo con lo bonito, pero lo malo tenía que vomitarlo.

La experiencia no fue buena, tal vez, pero me ha valido como escudo.


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