Decidió ir. Hacía mucho tiempo que no visitaba ese lugar, pero no por falta de tiempo, más bien por falta de valor... Se dedica a observar su alrededor. Personas que entran acompañadas por familiares/amigos. Personas que entran solas. Unos hablan y ríen, otros prefieren bajar la cabeza para ocultar esa mirada desconsolada que hoy tienen. Unos discuten, otros se saludan, otros se van con prisa. En cambio ella lo siente. Siente ese frío, esa ausencia. Ese frío que aunque te pongas ocho chaquetas, lo sigues sintiendo. Porque no es externo, sino interno. Esa ausencia que aunque muchas personas te digan: "No estás sola, nos tienes a nosotros", te sigues sintiendo sola. Porque te falta esa persona. Te falta esa sonrisa, esa mirada, ese abrazo, esas palabras... Lo más triste es que no solo te pase con una persona, desgraciadamente con muchas más. Y allí está ella, frente a su foto. Recordando ese maldito día en el que se tuvo que despedir de él. Sin quererlo. Todos unidos por una sola persona. Al igual que con él, con muchos otros... Los que te han visto nacer, crecer, aprender a hablar, a caminar. Los que te han educado, han jugado contigo, te han secado las lágrimas, te han hecho ser feliz.¿Dónde están? ¿Por qué tuvo que llegar ese tren? Ese tren que se los lleva, y solo te dejan con los recuerdos. Cuando deseas algo, muchas veces es casi imposible que se te cumpla. Cuando ruegas por que no pase cierto acontecimiento, ocurre.
Muchos ven este día como una fiesta. Otros en cambio, lo ven como un día para recordar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario