jueves, 4 de julio de 2013

Mejor que nunca.

Me vale con un miércoles por la noche, unas cervezas con el estómago vacío para empezar la noche y, seguidamente (¡y que sea como el pan de cada día, que nunca nos falte!), una cachimba de RedBull. La gloria...

Pero cuando ves que aún sólo son las 12, que hace mucho que no nos vemos y que si se sale, se sale bien... Te da por dar una vuelta por allí, y claro... Te tropiezas con la Heineken, que te incita con su exquisito 'Long Island' y el chupito de tequila, al cual invita la casa.

Y ya, a esas alturas, sobre las 2:00 am, no te puedes ir a casa... ¡Quieres más!

Pues vámonos al Centro Cívico. E imagínate este panorama: Vodka negro con lima, chupito de vete tú a saber qué coño era eso y una pulsera descojonante que pone: "big apple lanzarote vamos vamos". Pero sigue visualizando: la música no nos gusta, así que nos sentamos en el sillón más próximo y empezamos a observar "el patio". Los guiris con un pedo monumental, subidos a la barra del bar... Y de repente, suena una canción que aunque no la conozcas te invita a levantarte y bailarla haciendo la idiota. Y como si fuese una señal de alguien, empieza a sonar música de la buena, de la tuya... ¡Y la pista se vacía! Ya mejor que no sigas imaginándote eso...

Mejor irnos a casa, que para ya ser jueves y las 3:00 am, está bastante bien... Y aparece una pareja extranjera de nuestra edad, más o menos, con la que nos echamos las últimas risas de la noche.

Yo no entiendo por qué la gente pide más. Si con lo simple, con ir con lo primero que pilles y con buena gente, es como mejor te lo pasas...

Gracias, de verdad.

Por haber seguido, por seguir haciendo de mis días, alegrías... Y en especial, por no haber cambiado nunca.

¿Quién me diría que un miércoles por la noche empezaría mi verano? ¡Y vaya manera de empezarlo!




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