Cuando dije que no quiero saber nada de ti, que no quiero verte, que no quiero que me hables... Lo decía de verdad y en todos los sentidos. ¿Cómo te atreves a seguir apareciendo en mis sueños? ¿Aún, a estas alturas? Después de tanto tiempo, cuando se supone que tu silencio dejó bastante claro a qué estación teníamos que llegar: a la del olvido.
Te lo pido por favor: desaparece. Desaparece ya para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario