Para ser sinceros, a todos nos han fallado. Y eso, supone un problema. Una impresionante caída de la que puede que nunca te levantes, te levantes a la primera o sigas tu camino levantándote y cayéndote constantemente a consecuencia de esa desilusión, debido a que no consigues olvidarla y a pesar de los años sigue haciendo daño, el mismo o incluso más. Pero, verdaderamente, esto no es lo que supone un problema. El problema es debido a la persona que te ha fallado.
Con el tiempo maduramos, y sabemos diferenciar quién vale realmente la pena y quién no.
Pues bien, hablaré personalmente. Después de tantas desilusiones y "palos" que me he llevado por personas que consideraba mis amigos, conseguí una estabilidad. ¡Y qué estabilidad!
Pero ocurre que realmente, es ahora cuando comienzo a diferenciar... Seguimos madurando, de hecho no dejamos de hacerlo. Pero hay algo que falla. Hay cosas que no me cuadran, que intento buscarle una explicación y no la hallo. He preguntado, he recibido respuesta, pero no la correcta. Porque sigo sin creérmelo, porque sigo viendo cosas que me hacen dudar cada día más... Lo más increíble, es que estoy encontrando cobijo en personas que ni yo misma pensaría que me llevaría tan bien. Y menos que haya crecido la amistad, la confianza y el cariño en cuestión de meses.
Y esto es así; creemos encontrar la amistad, nos fallan, lloramos, maduramos, creemos encontrar la verdadera amistad, nos fallan, lloramos, maduramos, y así constantemente.
No sé qué ocurre. Tenemos que hablar, expresarnos e intentar llegar a un acuerdo. Pero, la verdad que no entiendo nada últimamente. He abierto los ojos, he pensado, reflexionado, he hablado conmigo misma, me he preguntado, y nada... Sin respuesta.
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